UNA BONITA ORACIÓN
Le pedí a Dios que me librase de mis malos hábitos.
Dios dijo: No. Eso no es responsabilidad mía, sino tuya; debes hacerlo tú mismo.
Le pedí a Dios que curase a mi hijo que está paralítico.
Dios dijo: No. Su espíritu está sano, su cuerpo sólo es temporal.
Le pedí a Dios que me concediese paciencia.
Dios dijo: No. La paciencia es un producto de la tribulación. No se concede, sino que se aprende.
Yo le pedí a Dios que me diera la felicidad.
Dios dijo: No. Yo te doy bendiciones; la felicidad depende de tí.
Yo le pedí a Dios que me liberase del mal.
Dios dijo: No. El sufrimiento te aleja de los placeres del mundo y te acerca a mí.
Yo le pedí a Dios un crecimiento espiritual.
Dios dijo: No. Tú debes buscar tu propio crecimiento. Pero yo te podaré, para que des fruto.
Yo le pedí a Dios muchas cosas para poder gozar de la vida.
Dios dijo: No. Yo te daré vida, para que tú gozes de todas las cosas.
Yo le pedí a Dios que me ayudase a AMAR a los otros tanto como El me ama a mí.
Dios dijo: ....Ahhhh, por fín has entendido lo que te quiero decir.
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