EL AMOR ES TODO PARA TODOS
Si el amor es la flor del día,
para las noches de sombras,
me basta beber tus pétalos,
guardarme en ti,
resguardar el sol que nos donamos
y aguardar que tus labios
tracen como luna en el camino
la vía láctea que me ascienda
a tu perfume de estrella.
Cada pétalo del diario,
florece con tu nombre en el nombre
del amor que nos envuelve,
como una rosa del mar
en el mar de tu boca
y en el vaivén de tus labios,
que nos mueve a morir vivos de amor.
Porque el amor todo lo crea y recrea,
nada esconde, ni escarcha,
hace al humano poesía
y a la poesía Dios,
¡Venimos del verso y al verso vamos!
Un verso que es del Creador,
de la creación naciente,
que hemos tomado por morada,
para vivir de amor, el amor que nos juramos.
Nos hicimos el voto de la entrega
con todas las virtudes del verbo,
sellamos con un beso nuestra unión
para siempre y por siempre,
tras elevar los corazones
al amor mismo de Dios y a Dios alabarlo.
Que el amor es amar cuerpo a cuerpo
el alma con alma y darse vida,
avivar una llama en los ojos
y reavivar una chispa al tacto
del amante que se funde con la amada,
hasta confundirse y refundirse
en un solo corazón, ¡corazón de cielo puro!
Víctor Corcoba Herrero
Si el amor es la flor del día,
para las noches de sombras,
me basta beber tus pétalos,
guardarme en ti,
resguardar el sol que nos donamos
y aguardar que tus labios
tracen como luna en el camino
la vía láctea que me ascienda
a tu perfume de estrella.
Cada pétalo del diario,
florece con tu nombre en el nombre
del amor que nos envuelve,
como una rosa del mar
en el mar de tu boca
y en el vaivén de tus labios,
que nos mueve a morir vivos de amor.
Porque el amor todo lo crea y recrea,
nada esconde, ni escarcha,
hace al humano poesía
y a la poesía Dios,
¡Venimos del verso y al verso vamos!
Un verso que es del Creador,
de la creación naciente,
que hemos tomado por morada,
para vivir de amor, el amor que nos juramos.
Nos hicimos el voto de la entrega
con todas las virtudes del verbo,
sellamos con un beso nuestra unión
para siempre y por siempre,
tras elevar los corazones
al amor mismo de Dios y a Dios alabarlo.
Que el amor es amar cuerpo a cuerpo
el alma con alma y darse vida,
avivar una llama en los ojos
y reavivar una chispa al tacto
del amante que se funde con la amada,
hasta confundirse y refundirse
en un solo corazón, ¡corazón de cielo puro!
Víctor Corcoba Herrero
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