Carta abierta al Padre Franciscano
José Antonio Matías Villahoz:
Querido Padre Matías, físicamente
hace unos días que te has marchado, y lo
has hecho dejando en todos nosotros una herida de tal calado que tardará en cicatrizar.
Ahora tu presencia es en espíritu, pero te seguimos necesitando y no vamos a
prescindir de ti. Has sido y eres demasiado valioso para nosotros. A partir de
ahora seguiremos contando contigo a través de la oración. Formas ya parte para
siempre de nuestras vidas. Tu ejemplo de fortaleza ante el dolor de la
enfermedad, de entrega total y desinteresada, de servicio, de sencillez y humildad, de bondad, y sobre
todo, como tú nos decías, de profundo amor hacia los demás a través de los
cuales veías a Cristo. ¡Qué magnífico, fiel y leal servidor! Verdaderamente viviste
bien tu vocación; somos testigos de que el espíritu de San Francisco te
acompañó siempre en el quehacer de cada día. Se queda nuestro equipo como
ovejas sin pastor, pues, como te pedía el evangelio, supiste, verdaderamente, apacentar
el espíritu de cada uno de sus miembros.
Equipo 49-A Granada
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